VESTIR LA CIUDAD DE MIL COLORES




Las manifestaciones de arte callejero que se solían ver en las ciudades hasta hace poco eran los graffitis, pero esto cambió al aparecer una original y menos agresiva forma de arte urbano que en lugar de usar spray y pintura usa lana y aguja para vestir de simpatía la ciudad. Se llama Guerrilla knitting (guerrilla del ganchillo), un movimiento mundial que se basa en tejer espontáneamente el mobiliario y elementos urbanos con lana multicolor: una valla, un coche, una escultura, un banco, una farola,...


Hasta hace pocos años hacer ganchillo era una práctica olvidada asociada a tejer jerseys y bufandas de abuelas. Con la guerrilla del ganchillo se crea una unión generacional entre abuelas y chicas jóvenes, ya que nace aproximadamente hace 8 años en Holanda como movimiento artístico para reivindicar la utilización de elementos como la lana y recordar que la actividad también puede ser juvenil. Además esta tendencia de recuperar la técnica tradicional y que en general utiliza materiales ecológicos y que respetan el entorno, da unos resultados sorprendentes.


En general el proceso de cubrir algún elemento urbano es el siguiente: se busca el lugar idóneo, se identifica el objeto a cubrir, se toman las medidas y en casa se lleva a cabo la confección de la prenda. En algunas ocasiones se lleva la lana y se reviste el objeto haciendo punto en el mismo sitio.En cualquier caso, estos elementos pueden sobrevivir años a la intemperie.

Un buen ejemplo de guerrilla del ganchillo es el proyecto Knitta Please de la americana Magda Sayeg -uno de los referentes en este arte urbano-, que ha tejido en la Muralla China, esculturas, automóviles o en el puente de Brooklyn. «Se trata de hacer sonreír a la gente y sacar el arte de las galerías para que todos puedan apreciarlo», declaró en The Guardian.


Pero no hace falta ir tan lejos a buscar referentes, en Barcelona mismo encontramos ejemplos en diferentes barrios como Gracia o el Raval, o en Girona en mayo celebran Temps de Flors, evento en que toda la ciudad se llena de adornos florales y los últimos años se han visto flores hechas con lana o mobiliario urbano cubierto.

Algunas de estas piezas creadas por diversos colectivos son retiradas de su lugar por personas que no les gusta o lo consideran una ofensa pero en otras ocasiones han llegado ser subastadas en Internet por grandes cantidades de dinero.

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