CON LA COMIDA SÍ SE JUEGA




Aunque con este post contradigamos el código de actuación de cualquier madre que se precie, con la comida sí se juega. Y además es divertido hacerlo. Más allá de peleas de tartas o usar la cuchara como catapulta improvisada para llegar con un proyectil de puré al ojo de tu hermano, la comida no deja de ser (además de apetitosa) una fuente de inspiración creativa. 
Los amantes de la tipogafía y el lettering tenemos el gran defecto de ver letras en cualquier parte. Así donde otros ven una deliciosa tarta, unas galletas o una hamburguesa del McDonald's, nosotros vemos un elemento que puede ser susceptible de convertirse en una palabra, una frase o una idea.

Danielle Evans es, tal vez, uno de los mejores exponentes de esta hornada de tipógrafos-cocineros. Artistas de la comida con un objetivo más allá de ser digerida: comunicar. Esta estadounidense empezó trabajando con el lápiz y el papel para pasarse rápidamente a la cocina donde ha realizado y dirigido trabajos excepcionales para editoriales y publicidad. Puedes ver sus trabajos en http://foodtypography.com.

Los ingredientes para conseguir proyectos como estos son fáciles: mucha creatividad, pasión por el detalle, amor por la tipografía y kilos y kilos de paciencia. Pero como acostumbra a pasar con cualquier receta no son los ingredientes lo que te asegura un buen plato sino la pericia del cocinero. 



Nosotros, desde Binocular Studio, hace un par de años nos atrevimos a felicitar la Navidad con unas galletas muy especiales hechas completamente a mano y el resultado fue delicioso. Molan, ¿verdad?

                          

¡Buen provecho!

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